A lo largo de la historia son muchos los acontecimientos por lo que nuestra cuidad destacó de una u otra forma ya que hay que reconocer que Jerez también «protagonizó» historias tristes como los de la famosa «Mano Negra» entre otras. Nosotros sólo vamos a exponer brevemente algunos hechos históricos que creemos son interesantes para conocer.
1.- Puerto Real parte de Jerez
¿Sabias que puerto real formaba parte de la villa de Jerez de la Frontera?
En 1483 no teniendo la corona en tiempos de los Reyes Católicos puerto de mar en estas costas, y siendo el surgidero de los navíos de Xerez el sitio que hoy ocupa Puerto Real, mandaron fundar dicha villa dándole el nombre que hasta hoy tiene y sus armas. Por privilegio, el 8 de Octubre de 1488 quedó subordinada a la jurisdicción de la ciudad de Xerez. En 1543 Carlos I le concedió la independencia. Jerez no estuvo de acuerdo con esta postura y mantuvo continuos litigios hasta el año 1572, en el que Felipe II vinculará definitivamente la villa a la monarquía. Algunos autores, sin embargo, afirman que aún Puerto Real formaba parte de esta ciudad en el siglo XVII, según cédula de Felipe IV dada el 23 de Julio de 1622.
Todo esto nos lleva a pensar dos cosas. La primera es que la extensión atribuida a la Ciudad de Jerez por aquel entonces se extendía más allá de lo que hoy son los límites con la Bahía de Cádiz. Lo segundo es que este tipo de hecho histórico atribuible a segregación, nacionalismo, autonomías, etc… aunque nos parece tan remoto, está hoy día en rigurosa actualidad. Sin ir más lejos, San José del Valle se disgregó de Jerez en la década de los 90, el Puerto de Santa María ha luchado y reclamado a Jerez la Sierra de San Cristóbal por expandir sus límites territoriales (por cierto consiguiéndolo) y La Barca de la Florida lleva años pidiendo favores de independencia. En otros ámbitos, igual o más actuales, nos encontramos la lucha que mantienen con el Estado Español el País Vasco o Cataluña por ejemplo. Se reclama más autonomía y autogobierno. Piden incluso que se le reconozca el término de nación. Aún con otros matices para ser algo diferente señalamos la problemática Jerez-Cádiz; ese sentimiento y proclamación de independencia no es sólo vinculante y exclusivo a nuestro grupo. No debe de sorprender ni alarmar a nadie. Siempre ha existido y existirá mientras haya razón y peso de ser para exigirlo.
2.- La cofradía de las Benditas Ánimas del Purgatorio
¿Sabías que en la Semana Santa jerezana existía una cofradía agustina llamada de las Benditas Ánimas del Purgatorio, Santísimo Cristo de Burgos, Ánimas y Salvación y Nuestra Señora del Dolor y las Tristezas?
Entre las antiguas cofradías de Jerez, que relaciona Moreno Alonso, figura la Agustina Hermandad de las Benditas Ánimas del Purgatorio, Santísimo Cristo de Burgos, Ánimas y Salvación y Nuestra Señora del Dolor y las Tristezas que ocupó un lugar destacado en la Semana Santa jerezana.
El Cristo de Burgos era conocido también como «el de la Gitana «, debido, al parecer, a un milagro obrado en una mujer de esta etnia que ocultó la imagen en su casa durante la invasión napoleónica que tantos destrozos causó al convento e iglesia de San Agustín. La imagen del Señor parece ser que iba acompañada en su paso por la de la Virgen del Dolor y las Tristezas, delante del madero, con las manos juntas y los ojos elevados al cielo en actitud suplicante.
Según Moreno Alonso, los orígenes de esta hermandad son confusos, aunque consta que ya en 1646 estaba radicada en el desaparecido convento de San Agustín, construido en 1643 en la calle Alquiladores, sobre solares del antiguo Hospital de la Hermandad del Pilar. Su origen más primitivo parece ser el de una hermandad de Ánimas establecida en dicho convento que daba culto a una imagen del Crucificado bajo la advocación de Ánimas o de la Salvación.
A mediados del XVII, se menciona la capilla del Cristo de Burgos en San Agustín con motivo del fallecimiento del historiador Gonzalo Padilla, quien había sido director espiritual de la hermandad y predicador de su novena en diversas ocasiones. Este insigne cura estableció que se le enterrara a los pies del Santísimo Cristo de Burgos.
También tuvo un papel relevante, el comerciante de ascendencia burgalesa Andrés Angulo Abad, que pretendía agrupar a la nutrida colonia de castellanos, viejos y nuevos, junto a las imágenes de la cofradía.
La duda envuelve al día en que realizaba la estación penitencial, pues existen testimonios contradictorios.
Como Hermandad de Ánimas, realizaba estación penitencial en la noche del Viernes de Dolores y organizaba un vía crucis desde San Agustín a la ermita de Guía, lugar donde la Orden tuvo su inicio fundacional en Jerez.
Moreno Alonso, citando a Mesa Xinete nos ofrece otro testimonio de la existencia de la Hermandad en San Agustín: «hay en dicho convento la Cofradía del Santísimo Cristo de Burgos, que sale de penitencia la Semana Santa y la Hermandad de Ánimas que sale con su Rosario, todos los lunes de madrugada, con indulgencias concedidas por Benedicto XIII en 27 de febrero de 1728.
La hermandad poseía en una hornacina que había en el altar de su capilla en la en la nave de la derecha de la desaparecida iglesia de San Agustín, un pequeño crucifijo copia del original de la ciudad burgalesa, probable regalo de aquella ciudad o de su corporación municipal a la hermandad.
Cuando la iglesia de San Agustín, en estado ruinoso, se cerró al culto y se derribó en 1909, la hermandad se encontraba en plena decadencia. Ésta había comenzado con la Desamortización, y había conducido a la corporación a una vida lánguida sin efectuar la salida procesional. No obstante, un reducido grupo de hermanos siguió celebrando cultos hasta el final, especialmente la novena de Ánimas.
En 1953, siendo Abad de la Colegial, el burgalés Pedro Riaño Campo, se intentó la reorganización de esta cofradía, pero no se consiguió, entre otras circunstancias, por el fallecimiento de su principal promotor, un conocido burgalés afincado en Jerez.
Entre la numerosa serie de pinturas que, dispersas por España, representan al Cristo de Burgos o de San Agustín nos vamos a referir especialmente a dos muy desconocidas que se conservan en la iglesia de Santa Catalina de Sevilla y en un domicilio particular de la cercana población de Utrera. También haremos mención a la importante serie de obras surgidas a partir de la devoción al Santo Cristo de Burgos de Cabra y a otras presentes en el resto del país como muestra de la amplia distribución geográfica alcanzada.
3.- Auxilio y resguardo a la ciudad
¿Sabías que la Cuidad de Cádiz y poblaciones costeras pidieron auxilio y resguardo en más de una ocasión a la Cuidad de Jerez?
Los caballeros jerezanos a lo largo de la historia siempre fueron fieles y reconocidos por su valerosidad y valentía.
Si bien es cierto que en la antigüedad muchas poblaciones de la costa gaditana fueron fundadas bajo la influencia comercial marítima y enriquecidas culturalmente por los pueblos colonizadores que la posibilitaban al ser puntos estratégicos, no es menos verdad que también tuvieron muchas adversidades a contrarrestar. Ante las numerosas y hostiles incursiones piratas habidas desde tiempos inmemoriales en la zona costera, las poblaciones vecinas del Puerto de santa María, Cádiz, o Rota entre otras pidieron auxilio y en muchas ocasiones se resguardaron bajo las murallas en tierra firme de nuestra Cuidad.
Ciudades como Cádiz, Rota, etc… fueron atacadas en muy numerosas ocasiones. Quizá cabe destacar la de la escuadra inglesa a las órdenes entre otros del legendario y famoso pirata Drake en el siglo XVI. Jerez y toda su comarca estuvo defendiendo con pundonor y coraje los intereses de los pueblos costeros. Cuenta la historia que cuando se daban dichas incursiones enemigas todos los moradores cargaban con sus pertenencias y corrían por el camino real de Jerez, llamado vulgarmente «La Trocha» (hoy flamante autovía) para buscar refugio bajo sus murallas que siempre fueron más seguras. Jerez invariablemente fue y es solidaria.
4.- La calle Chancillería
¿Sabes la génesis del nombre de la Calle Chancillería en Jerez?
Esta importante vía del Jerez histórico es llamada así por haber existido en ella desde 1469 «La Chancillería» de Xeres, que tuvo como presidente a D. Agustín Espínola perdurando este organismo hasta 1503, siendo suprimido al ser trasladado a la ciudad de Granada. Fue un gran honor tener en jerez un Tribunal Superior de Justicia lo que denota también la gran importancia del Jerez antiguo.
Según nos comenta el Padre Rallón en su «Historia de Xerez», fue una Ciudad Metropolitana, Chancillería y corte de la Turdetánia donde era obligado tener la silla de los jueces superiores para la recta administración de la justicia. Eso nos quiere decir igualmente, comenta Agustín, que nuestro Jerez siempre tuvo una enorme importancia, no sólo por su situación geográfica sino también por su esplendoroso pasado, cosa que no comprendemos porque se ha silenciado. Todo ello quizá sea debido a los intereses creados y a otras incidencias similares, las que siempre jugaron un papel muy importante en nuestra sociedad a lo largo de los siglos. Pese a todo, lo que está claro es que no se puede negar la evidencia. Hoy es una gran ciudad, cuidad que también reclama los privilegios que en el pasado tuvo. No olvidemos que en la época árabe fue le centro administrativo de la Cora o provincia.
5.- El Pendón de la ciudad
¿Sabes la gloriosa historia del Pendón de Nuestra Ciudad?
El Pendón es Jerez y Jerez es el pendón. La ciudad le debe la vida y toda vida debe defender este pendón. Se trata de otros de los orgullos de nuestra ciudad cuya historia muestra que los Xerezanos (jerezanos) que habitaron una vez nuestra ciudad y pasaron por sus calles…fueron hombres valientes, libres y, sin lugar a dudas, dignos de nuestra ciudad.
A continuación exponemos el relato de la Batalla del Salado (1340) y la consecución del pendón a manos de los caballeros xerezanos…
… El rey de Marruecos con gran ejército pasó a España (Castilla) y asentó su ejército sobre Tarifa y comenzó con grandes máquinas de guerra a combatir los muros de la ciudad de Tarifa. La resistencia de la ciudad (entre ella muchos Xerezanos que habían cabalgado toda la noche ante la llamada desesperada de sus habitantes) permite armarse al, por entonces, rey de Castilla Don Alfonso. Con 8.000 hombres a caballo y 12.000 a pie encaró el último camino hacia tarifa donde se esperaba el rey de Marruecos con 60.000 hombres sometiendo la plaza.
Cuando amaneció el día de la batalla y tras escuchar la misa y comulgar, como era de rigor entre hombre donde la vida y la muerte podían confundirse en el campo de batalla, llegaron al Salado. Cuando miraron, más allá del río, descubrieron todo aquel campo cubierto de moros a pie y a caballo. Había llegado el momento de batirse con el enemigo y los Xerezanos se encontraban en la vanguardia (con Lorenzo Fernández Villavicencio de capitán y Alonso Fernández Valdespino como Alférez) del ejército de Castilla. La marcha llegó hasta el vado del río donde se hizo un alto por la muchedumbre que esperaba más allá del río insultando y lanzando toda clase de objetos contundentes. Había que cruzar el río para poder comenzar la batalla del río que separaba dos ejércitos, El Salado.
Tres caballeros de Xerez con más arrojo que cabeza intentaron cruzar el río pereciendo entre innumerables lanzas y espadas enemigas sin que el socorro llegase a tiempo para evitarlo. Luego fueron otros caballeros castellanos los que, siguiendo el ejemplo de los jerezanos, pudieron avanzar más allá de la otra orilla y asegurar el paso a los otros cristianos. La batalla había comenzado. Aquí valdría la expresión tan utilizada en nuestra época de «Batalla campal»… por sobrevivir y vivir en libertad.
Viendo que la batalla estaba librándose a campo abierto por ambos contendientes los caballeros xerezanos dijeron a los de Lorca que sería buena ocasión para juntarse y emprender una heroica hazaña. Los de Lorca respondieron entre lanzada y espadazo que éste era día de hacer una cosa señalada en que se conociese en la historia y el Capitán de Xerez viendo el pendón de Villamarín (pendón real del rey de Marruecos) dijo al capitán de Lorca «Hora, señor es, pues tanta gente tenéis, de acometer aquestos perros, y hacer una hazaña digna de memoria. ¿Veis allí en medio de la hueste levantado el pendón de Albohacen? Rompamos por medio de esta gente y derribémoslo o tomémoslo».
Con su capitán Fernández de Villavicencio a la cabeza y seguidos por la gente de Xerez y Lorca rompieron entre los moros y pasaron las batallas y no pararon hasta que llegaron a la seña y la derribaron. Una vez en el suelo Aparicio Gaitán caballero xerezano y Juan de Guevara caudillo de Lorca echaron mano al mismo queriendo cada cual llevarlo a su ciudad por trofeo de victoria. La pugna entre ambos hombres se prolongó algún tiempo sin que ninguno de ellos hiciera frente a las acometidas de los moros que mantenían grandes fuerzas y esfuerzos en la zona. Peligro de muerte corrieron los caballeros que mantenían sus manos sobre el pendón.
Los gritos de los caballeros hicieron reaccionar a ambos para convenir luego que tal diferencia se determinara por la justicia real del rey Alfonso XI.
Tras este heroico incidente la batalla continuó. Las tropas moras habían cedido gran parte de su terreno a los punzantes frentes de los de Xerez y Lorca además de a las tropas de Pedro Núñez, caballero castellano, y del Rey de Portugal. De tal suerte fueron los acontecimientos que el rey Albohacen, viendo que su persona corría peligro, tomó de vuelta hacia Algeciras. Las tropas moriscas retrocedieron y huyeron dejando a su paso un mar de cadáveres en los prados. La tarde se ciñó de rojo sangre y el Salado hacía honor a su nombre.
Luego de la batalla vino la sed de la venganza por los caídos y la codicia en la mirada de los castellanos y muchos caballeros pasaron adelante matando y cautivando moros y a las mujeres, robando grandes haberes de oro y plata que hallaban en el campamento de Albohacen para pagar sus ejércitos. También cayó la mujer de rey de Marruecos y cautivo el hijo del mismo. Y mientras caía la noche las sombras ocultaban a los que habían escapado y les renacían la vida en las entrañas cuando ya daban todo por perdido.
Aquella misma noche el rey don Alfonso atendió la reivindicación de los caballeros de Xerez y Lorca. Ofendidos y a la vez expectantes, ambos bandos. El pendón real de Albohacen fue derribado por los de Xerez según Baraona en su «Rosal de Nobleza». Pero -sigue diciendo el mismo autor- una vez derribado los de Lorca le echaron mano. Tras fuertes discusiones entre los caballeros y ante tan nobilísimo botín y distinción para la ciudad a la que correspondiese, el rey dictaminó que los de Lorca se llevaran el asta y Xerez el pendón.
Aquel pendón, era la seña del rey. La más alta distinción en una batalla tras la figura del rey. El símbolo de una batalla y de los héroes que lo derribaron. Era de tela de oro morada muy preciosa y rica y hacía unos tornasoles con las plumas del gallo. Por ello tras siglos pasados desde aquella proeza se le sigue llamando como por entonces se le apodó; rabo de gallo.
Si los de Lorca conservan y sacan aquella asta en fiestas públicas con la más alta distinción, dice Esteban Rallón en su obra Historia de Jerez (siglo XVII). «la mía (se refiere a Jerez de la Frontera) hizo tanto aprecio de esta joya que tomó este pendón por señal e insignia suya y lo depositó en la iglesia del Señor Santiago, donde parece por instrumentos públicos del año 1466. Ahora se guarda y conserva en el sagrario de nuestra colegial (actual Catedral de Jerez de la Frontera) saliendo en forma a las funciones de Paz y Guerra. La ciudad alcanzó de la sede apostólica jubileo plenísimo a los que debajo de su conducta saliese a la guerra y muriese en ella. El día de nuestro patrón San Dionisio se entrega al alférez mayor con solemnidad de pleito homenaje que hace de volverlo allí, o perder la vida por ello».
El padre Martín de Roa dice que fue tan venturoso que jamás entró en batalla de que no saliese venturoso y cundió la fama de que la gente de Xerez iba segura en las hazañas que emprendía contra los moros. Y tal fue la fama que y tan extraordinarias eran los ejércitos que lo llevasen que llegaron unos años más tarde a desgastarse y se encargó y confeccionó otro de la misma forma labrado en Venecia en el año 1470. Este también se desgastó y actualmente se saca otro que simboliza estos anteriores. Con las mismas solemnidades y los mismos tratamientos y realengo…
6.- Un consejo de ministros
¿Sabías que en la calle Lealas se celebró consejo de ministros?
En la calle Lealas se conmemora a modo de inscripción de mármol allí existente dicho acontecimiento, lo cuál otorgó por las fechas la «capitalidad» o centro de atención a Jerez. Fue en 1925, aprovechando también la Coronación de la Virgen del Carmen. La Ciudad engalanada para ello, recibió para el Consejo de Ministros al Rey por aquella época, Alfonso XIII, acompañado de Victoria Eugenia y al Gobierno en pleno encabezado por el General Miguel Primo de Rivera.
Es enorme la rica e interesante historia de nuestra ciudad.
7.- Las mezquitas de Jerez
¿Sabías que en el Jerez musulmás existían unas 18 mexquitas?
En el período de máximo apogeo musulmán en la ciudad llegaron a existir unas 18 mezquitas repartidas por todo Jerez. Todo ello denota indudablemente que esta cuidad fue muy importante junto con Sevilla, Córdoba y Granada.
Existían seis en la collación del Salvador, una en la de San Mateo, cuatro en la de San Lucas, dos en la de San Juan, cuatro en la de San Dionisio y una mezquita más para el culto de los mudéjares que se instalaron en Jerez después de la conquista cristiana. Debieron ser edificios pequeños puesto que en el Libro del Repartimiento de 1268 a algunas se les denomina mezquitillas.
Desgraciadamente, hoy se conservan poco o nada ya que en su mayoría las que no fueron derribadas por los cristianos conquistadores fueron suplantadas por las Iglesias y Conventos que hoy pueblan la cuidad de Jerez de la Frontera.
8.- Las primeras «huelgas»
¿Sabías que una de las primeras manifestaciones que se puede asemejar a lo que hoy día conocemos como «huelga» se dio en esta ciudad?
Así es. No fue una protesta organizada laboral, sindical u obrera como hoy quizá se entienden las huelgas, pero fue una manifestación espontánea en toda regla. Se realizó el 6 de mayo de 1784 y esta reivindicación tuvo mucho «revuelo» en la cuidad de Jerez. La llevaron a cabo las monjas de gracia Agustinas del Convento de Santa Rita como señal de protesta ante la calamitosa situación de hambre y malestar que estaban pasando en dicha comunidad. Se rebelaron contra la Madre Abadesa según nos comentan algunos autores como Agustín Gómez. Estas monjas salieron entre tinieblas sobre las seis de la mañana, iban descalzas y en procesión, llevando delante del cortejo un crucifijo. Parece ser que se refugiaron en el Convento de San Cristóbal y en la Iglesia Mayor donde por acuerdo del juez eclesiástico fueron depositadas en el Convento de San Agustín hasta que año y medio después se les restituyen en su Convento sujetas al ordinario y saliendo de lo religioso de San Agustín.
9.- Más olivares que vides
¿Sabías que la extensión y el desarrollo del olivar en Jerez llegó a ser muy superior al de la vid?
Jerez no siempre ha sido una ciudad conocida por su vino y por sus enormes extensiones de vid. Hubo tiempos en el que nuestra cuidad fue más conocida por el aceite que por el vino o al menos las extensiones de olivares eran mucho mayores.
Se sabe que en el repartimiento de tierras después de la Reconquista de Jerez (1264) se daban dichas propiedades junto con porciones más o menos extensas de olivares.
En el callejero de la cuidad también hay constancia de esta peculiaridad que estamos comentando. Basta nombrar algunas calles de la cuidad que hacen referencia a ello como la calle Molineros, Molino de Viento, Olivar de Rivero, etc… Jerez también tuvo tradición y extensión olivarera y según parece debió ser importante. Más datos: ya en 1612, según se constata en los escritos, la población de Jerez no superaba los 28000 habitantes y había 70 molinos de aceite (lo que viene a decir que tan numerosa existencia de molinos debió suponer para el momento un importante mercado) En esas fechas se constatan las primeras quejas de los vecinos de la Plaza del Arenal, Calle Lancería, Larga y Calle Caballeros, porque los residuos de los molinos de aceite desaguaban en la Plaza del Arenal y los botines de las mujeres de la época quedaban totalmente impregnados de dichos vertidos. En 1754, contando la población de la Cuidad unos 30000 habitantes, se sabe que existían unos 32 molinos de aceite, 9712 aranzadas de viñas y 7554 de olivos. En estas fechas ya existe un ligero aumento de la extensión de vid pero aún así sigue siendo muy relevante el terreno dedicado al olivar en Jerez. Ya en 1860 se cifra la población de Jerez en unos 52.000 habitantes, y su extenso término lo componían 290.300 aranzadas de terreno, de las cuales entre otras, 149.782 se hallaban destinadas a cereales, 12.562 a viñas y 2.813 a olivares. En 1883, en pleno despegue de la industria del vino, se contaban en la ciudad con 13829 aranzadas de viña y al igual que unos años antes, tan sólo 2.813 aranzadas de olivo (unos 101000 olivos)
10.- La mano negra
¿Sabías que en Jerez se sacrificaron a inocentes bajo la sospecha de pertenecer a un grupo llamado la «Mano Negra»?
Ha sido un turbio asunto que pocos se han atrevido a profundizar. El nombre de Jerez, como ya habíamos comentado, también se ha visto salpicado por acontecimientos muy luctuosos a lo largo de la historia. Un ejemplo de ello fue lo acontecido en la Plaza del Mercado. Este histórico recinto fue el escenario y lugar escogido para las cruentas ejecuciones de los siete reos condenados a garrote vil en el año 1884, acusados de pertenecer a la supuesta asociación secreta denominada: «la Mano Negra». Para presenciar este funesto espectáculo fue instalado el fatídico patíbulo justo delante del Palacio de Riquelme. Dichas ejecuciones fueron comentadas y criticadas por todo el mundo y muchos informadores nacionales e internacionales hicieron eco de este triste hecho.
Estos acontecimientos se encuadran dentro de una etapa en la historia de España llamada de la Restauración (1875-1916). Con la Restauración no sólo la monarquía se regeneraba (Alfonso XII) sino también el liberalismo doctrinario vencido en 1868 y que hizo posible igualmente la vuelta al poder de la burguesía conservadora y latifundista.
Ante la inestable situación social de la época (sobretodo a finales del siglo XIX) con los conflictos sociales del campo sobre los que existía una total indiferencia y acompañada de numerosos episodios de bandolerismo, las fuerzas locales y burguesas (que utilizaron y manejaron dicho bandolerismo) se inventan un bulo que los medios de difusión del momento se encargaron de propagar con forma de sociedad secreta (de perversos planes) a la que llamaron la «Mano Negra». De esa forma, aprovechando también la excusa del incipiente bandolerismo de la época, la aviesa fuerza gubernamental se inventó dicha trama para asestar un golpe «modélico» al renaciente ý pujante movimiento campesino u obrero. Lo cierto es que no se probó delito alguno ni siquiera dicha sociedad pero estos hombres fueron injusta y salvajemente ajusticiados.
11.- La división de España en provincias
¿Sabes cuándo se crearon en España la división por provincias?
Se suele decir que vivimos en una sociedad heredada del mundo romano, sobre todo en temas de ordenamiento y normativas que regulan las relaciones de la comunidad. En su etimología y tradición histórico-romana, la palabra Provincia venía a significar, en el sentido más amplio, como la zona de influencia y competencia dentro de la cuál se desarrollaban las atribuciones de un magistrado. Así, al cargo del pretor urbano se le confiaba la administración de la provincia urbana. Más tarde, Dioclesiano dio un ordenamiento diferente a las originales provincias romanas, asignando a cada una dos gobernadores, uno civil y otro militar.
La pervivencia de algunas características propias de determinadas comunidades después de la unidad política de España (1492) pudo deberse, entre otras zonas, a la existencia de otras lenguas, además del castellano, a la debilidad del poder real o a que en España no se produjo una verdadera revolución burguesa.
España se dividía en reinos y principados hasta que la Constitución de 1812, inspirada en las corrientes reformadoras y uniformistas de la revolución francesa, determinó otras divisiones territoriales y en 1833 se crearon 49 provincias (obra de Javier Burgos) Esta reforma de carácter centralizadora y administrativa entra dentro del intento de iniciar una serie de cambios en España tras la muerte de Fernando VII que favorecieran el tránsito del antiguo régimen al liberalismo; y es que, al morir Fernando VII (rey absolutista) en septiembre de 1833, su viuda, Maria Cristina queda como regente (pues su hija Isabel II sólo contaba con tres años) e intenta en menos de dos años dar paso lentamente al liberalismo. Uno de los intentos de la reina regente por atraer a los liberales y así asegurarse el trono de su hija frente a la insurrección carlista, era ceder leves concesiones y pese a que la ideología absolutista del jefe del gobierno Cea Bermúdez podía chocar con las pretensiones liberales que querían reunir Cortes para iniciar cambios, se consigue esta primera reforma territorial.
Lo cierto es que el número aumentó a 57 provincias en el año 1845 y esta división, con pequeñas reformas, pervivió hasta la I República de 1873, durante la cual se discutieron otros posibles sistemas de gobierno territorial de España: cantonalista, federal, unitario, etcétera.
Jerez de la Frontera a lo largo de la historia ha permanecido hasta esa fecha (1833) ajena a Cádiz, es decir, con su propia identidad. No hace más de dos siglos que de forma unidireccional, centralista y sin un criterio riguroso y acorde a las circunstancias, nos delimitaron unas fronteras artificiales, o sea, nos introdujeron dentro del marco de una provincia que la mayoría de los jerezanos no reconocen como propia.
12.- Los repobladores
¿Sabías de dónde eran los primeros repobladores de esta tierra tras la Reconquista castellana en 1264?
Fueron muchos los musulmanes que fueron expulsados de estas tierras tras la Reconquista llevada a cabo por Alfonso X. La repoblación fue difícil. Según el Repartimiento de 1268, éste se llevó a efecto dentro del recinto urbano por collaciones (por lo que la ciudad desde un primer momento aparece dotada de una organización eclesiástica cuyas células básicas eran las parroquias y las alfonsíes fueron seis como ya sabemos) A los seis distritos (San Juan, San Mateo, San Dionisio, San Salvador, San Lucas y Santiago) se le suma el de la judería, zona aparte, separada físicamente por un muro, y que estaba dotada de dos sinagogas y la casa de beneficencia.
Según algunos estudiosos, el número de repobladores totales que formarían la población jerezana en torno a esas fechas pudiera ser aproximadamente de unos 6934. Es sin duda un número alto sólo superado por Sevilla y Córdoba lo que denota la importancia de Jerez a la hora de repoblarla.
El origen y las profesiones de estos repobladores fue muy diverso. Se le dieron propiedades a extranjeros (especialmente a portugueses del Algarbe (zona de Faro, Tavira y Loulé)), gallegos, navarros, leoneses, etc… pero principalmente la repoblación la conformó gente de León y Castilla la Vieja, Corona de Aragón (catalanes en su mayoría), y andaluces de Sevilla, Córdoba y sobretodo gente de Jaén.