La Real Hermandad de Nuestra Señora del Rocío de Jerez de la Frontera se fundó el 17 de abril de 1932, en la histórica Bodega La Constancia de la firma González Byass, en Jerez de la Frontera. La iniciativa fue liderada por don Antonio León y Manjón, quien, acompañado de otros notables jerezanos, dio vida a esta hermandad rociera. Entre los fundadores se incluyen el Reverendo Padre Yllanes, el distinguido devoto del Rocío don José María Reales, y don Pedro González de Soto, Marqués de Torresoto. En honor a este evento, un azulejo conmemorativo se instaló en la bodega, inmortalizando la importancia de esta fecha para el mundo rociero jerezano.
La Primera Junta de Gobierno
La primera Junta de Gobierno se constituyó pocos días después de la fundación de la Hermandad. Don Pedro Nolasco González, Marqués de Torre Soto Briviesca, asumió el rol de Hermano Mayor, mientras que otros cargos importantes fueron ocupados por personalidades destacadas de la época. A continuación, se detalla la composición de esta primera Junta:
- Hermano Mayor: Sr. Marqués de Torre Soto Briviesca – Don Pedro Nolasco González
- Mayordomo: Sr. Conde de Casares, Don Diego Zuleta de Reales y Queipo de Llano
- Tesorero: Don Pedro González Gordon
- Vicetesorero: Don Juan Mateos Muñoz
- Portaguión: Don Andrés Molina Surga
- Capellán: Presbítero Reverendo Padre Francisco Illanes
- Vocales: Entre ellos, el Sr. Conde de Villamiranda, Sr. Duque de Abrantes, Sr. Conde de Garvey, y otros insignes caballeros de Jerez.
Esta primera Junta organizadora fue testigo de una época de crecimiento para la Hermandad, que se caracterizó por su fervor y el distintivo sello rociero.
Primeras Peregrinaciones
En 1933, solo un año después de su fundación, la Hermandad realizó su primera peregrinación a la Ermita del Rocío. Desde Bonanza, un grupo de treinta hermanos a caballo inició el camino hacia el Rocío, guiados por el fundador y primer Presidente, don Antonio de León y Manjón. A pesar de su avanzada edad, León y Manjón lideró la peregrinación en un faetón tirado por mulos. Para abastecer a los romeros en el camino, llevaban un carro cuyo único contenido era una gran bota de vino protegida con esterones, tradicionalmente conocida como «la bota del caballo».
Época de Crisis y Superación
Durante los primeros años, la Hermandad vivió un período de esplendor bajo la dirección de su primer presidente. No obstante, tras el fallecimiento de don Antonio de León y Manjón en 1943, la organización enfrentó una crisis profunda. Fue gracias a la dedicación de algunos hermanos devotos como Rafael Bernal de Villegas y Ramón Segovia que la Hermandad logró superar este momento y mantuvo su presencia en la Romería de Pentecostés, sin perder su antigüedad.
Reorganización y Renacimiento
En 1954, bajo el liderazgo de Luis Domecq Rivero como Hermano Mayor, la Hermandad comenzó un proceso de reorganización y revitalización impulsado por Manuel Valdera Sevilla. Esta renovación pronto produjo frutos, y en 1955 se celebró el Primer Pregón del Rocío en Jerez, a cargo de don Antonio de León y Manjón, hijo del fundador de la Hermandad. El evento se realizó en la emblemática Bodega de La Concha de diseño circular, una obra destacada de Eiffel.
La Casa de Hermandad en la Aldea del Rocío
El 16 de mayo de 1970 representa otra fecha histórica para la Hermandad, con la inauguración de su Casa de Hermandad en la Aldea del Rocío. La construcción, situada en la calle Almonte, fue posible gracias a la colaboración de muchos rocieros de Jerez y la contribución excepcional del entonces Hermano Mayor Álvaro Domecq Romero, quien organizó un evento benéfico para financiar el proyecto. La casa fue diseñada por el arquitecto Vicente Massaveu y construida por Alfonso Roldán Cruz.
La Carreta de Plata del Simpecado
En 1978, José Bohórquez Mora-Figueroa, Hermano Mayor en ese momento, encargó al orfebre sevillano Ángel Gabella la creación de una carreta de plata para portar el Simpecado. La obra de orfebrería es una de las más destacadas de la Hermandad, con columnas adornadas con racimos de uvas, un emblema de Jerez. Esta carreta se caracteriza por su belleza y simbolismo, siendo un punto de atracción cada año en la Romería del Rocío.
Tradiciones y Cultos
La Hermandad celebra misas y salves cada lunes del año, así como un triduo y una función principal antes de la Romería. En enero, organizan una peregrinación juvenil a la Ermita del Rocío, mientras que en noviembre realizan otra peregrinación con una misa de campaña en el paraje de Manecorro.
La Medalla de la Hermandad
Los hermanos de la Hermandad portan una medalla de metal plateado o de plata con una imagen dorada de la Virgen del Rocío en el centro. Esta insignia representa el vínculo entre Jerez y la devoción rociera, y quienes integran la Junta de Gobierno llevan esta medalla con una cinta de plata.
Camino a la Aldea y la Romería del Rocío
La peregrinación de la Hermandad de Jerez al Rocío es una de las más esperadas y concurridas. El viaje comienza en la Iglesia Conventual de Santo Domingo y sigue hacia Sanlúcar de Barrameda para cruzar el río Guadalquivir. Desde allí, los romeros continúan su trayecto por el Coto de Doñana, una ruta que simboliza el fervor y la devoción de los rocieros hacia la Virgen.
El miércoles y jueves, la Hermandad atraviesa el Coto de Doñana, superando obstáculos naturales como dunas y bosques. El viernes, se realiza una parada en la Laguna del Sopetón y se celebra el Ángelus en el Palacio del Rey, donde los romeros toman fuerzas para la última etapa del camino.
Entrada en la Aldea y Actos de Presentación
La llegada de la Hermandad de Jerez a la aldea almonteña es uno de los momentos más emocionantes de la Romería del Rocío. La Hermandad desfila con su Simpecado en la carreta de plata, acompañado de los romeros a caballo y los cantes dedicados a la Virgen. La entrada se realiza el sábado, y el momento de la presentación oficial ante la Hermandad Matriz de Almonte es profundamente significativo para todos los devotos jerezanos.
Despedida y Regreso a Jerez
El lunes de Pentecostés marca el fin de la Romería, momento en que la Virgen recorre la aldea mientras es acompañada por todas las hermandades. Los romeros de Jerez celebran su último día en el Rocío con una emotiva Salve y rezo del Santo Rosario. El martes, comienza el camino de regreso hacia Jerez, una jornada de recogimiento en la que los peregrinos reflexionan sobre su experiencia de fe y devoción.
La Hermandad de Jerez y su Impacto en la Cultura Rociera
La Hermandad de Jerez de la Frontera no solo destaca por su antigüedad y su fervor, sino también por su compromiso en preservar y fomentar las tradiciones rocieras. A lo largo de los años, ha contribuido al crecimiento de esta devoción en toda Andalucía, destacando en cada Romería como una de las hermandades más emblemáticas.
El Monumento a la Virgen del Rocío
Con motivo del 75 aniversario de la Hermandad, se inauguró un monumento en honor a la Virgen en la plaza Aladro de Jerez en 2007. La obra, realizada por el artista Francisco Parra, es un homenaje a la devoción de Jerez hacia la Blanca Paloma y su conexión espiritual con la aldea del Rocío.
El Parque Nacional de Doñana
El Coto de Doñana, por el cual transcurre el camino de la Hermandad, es una reserva de biodiversidad única en Europa, caracterizada por humedales, bosques mediterráneos y playas vírgenes. Este parque nacional es fundamental para la conservación de especies en peligro, como el lince ibérico y el águila imperial ibérica. Con sus más de 125.000 hectáreas de espacio protegido, Doñana es un emblema de la conservación ambiental en Andalucía.
La Hermandad de Nuestra Señora del Rocío de Jerez de la Frontera es una de las instituciones más emblemáticas del movimiento rociero. Desde su fundación en 1932, ha desempeñado un papel fundamental en el crecimiento de la devoción hacia la Virgen del Rocío, preservando y transmitiendo una rica tradición de fe y cultura a través de generaciones. Cada peregrinación y acto de culto es un testimonio del compromiso y la devoción de sus hermanos, quienes año tras año recorren los arenales del Coto de Doñana hasta llegar a los pies de la Blanca Paloma, renovando sus votos de fe y sus promesas de volver.