La Capilla del Refugio de Nuestra Señora de los Desamparados es un claro ejemplo de la arquitectura barroca que ha perdurado a lo largo de los siglos en Jerez. Ubicada en el antiguo camino de Jerez a Arcos, destaca por la sencillez de su diseño, sin grandes pretensiones arquitectónicas pero con una belleza serena que atrae tanto a fieles como a admiradores del arte sacro. En este artículo, haremos un recorrido detallado por la historia, el arte y la importancia cultural de este templo.
Orígenes de la Capilla
La construcción de esta capilla se remonta al siglo XVII, concretamente en 1690, cuando se finalizó bajo el patrocinio de la Hermandad de la Santa Misericordia y Nuestra Señora del Refugio y fue financiada por la familia Villacreces. Su ubicación en los límites de la ciudad de Jerez, en el barrio de San Pedro o Albarizuela, marca un punto importante de la expansión urbana de la época. Además, se construyó sobre los cimientos de una ermita anterior, levantada en 1604 en las afueras de la ciudad, cerca del antiguo cementerio judío, lo que añade un matiz histórico significativo a la zona.
La obra comenzó en 1649, pero fue en 1690 cuando se completó. La familia Villacreces, una de las más influyentes de Jerez en la época, dejó su huella en la construcción, y su escudo de armas adorna tanto la fachada como las pechinas de la cúpula.
Arquitectura Exterior
La capilla presenta un estilo sobrio, con un uso extensivo de la cal en su exterior, destacando la piedra palomera en la portada y las jambas. La portada principal actúa como eje simétrico, flanqueada por dos pequeñas entradas adicionales que llevan a las dependencias auxiliares. Esta portada es adornada con un baquetón mixtilíneo y columnas toscanas adosadas, que le dan una estética bien proporcionada.
El elemento más atrevido de la fachada es la cornisa, que está coronada por una crestería formada por pináculos de diversos tamaños y formas. Además, los detalles decorativos incluyen triglifos, metopas y escudos nobiliarios, que refuerzan la presencia de la familia Villacreces como benefactores principales de la obra.
Uno de los elementos que sobresale en el exterior es la simplicidad decorativa del templo, en contraposición a la rica ornamentación que se encuentra en su interior. La portada, con un sencillo frontón triangular, y la hornacina que la remata, reflejan el estilo arquitectónico barroco de la época, aunque sin excesos decorativos.
Interior de la Capilla
El interior de la capilla sigue un diseño de planta de cruz griega, que fue el resultado de una reforma en el siglo XX. El espacio está cubierto por una bóveda de cañón con lunetos, mientras que la bóveda central es semiesférica, proporcionando una sensación de amplitud y luminosidad al pequeño templo.
El Retablo Mayor, una obra de Francisco Antonio de Soto y dorada por Francisco Rodríguez, data de finales del siglo XVII. Enmarcado por molduras y decoración vegetal, el retablo alberga diversas pinturas y esculturas. En el centro del programa iconográfico se encuentra la imagen de la Virgen titular del templo, que cubre con su manto a los desamparados, flanqueada por representaciones de San Cayetano de Siena y Santa Rita de Casia. En el segundo cuerpo del retablo, sobresale la figura de San Miguel, acompañado por los apóstoles Pedro y Pablo.
La capilla también alberga una serie de pinturas de valor histórico, realizadas por el artista Alférez Cordobés en 1693, incluyendo las pinturas de la bóveda del presbiterio y los evangelistas en las puertas del mismo. Además, destaca una pequeña talla de San Juan Bautista, obra de Francisco de Villegas, aunque esta ha sido intervenida a lo largo de los siglos, perdiendo parte de su esencia original.
Otras imágenes notables incluyen una talla dieciochesca de San José y la destacada imagen del Cristo Coronado de Espinas, realizada en 1665 por Pedro Grass y Elías Mez, que se ha convertido en una de las piezas más importantes de la capilla.
La Iconografía de la Coronación de Espinas
Uno de los momentos más dramáticos de la Semana Santa es el que representa el Santísimo Cristo de la Coronación de Espinas, una imagen que sigue fielmente la descripción de los Evangelios sobre el momento en que Jesús es humillado por los soldados romanos. Esta talla fue realizada por Pedro Grass y Elías Mez en 1665, tal y como se documentó en un contrato encontrado en el Archivo de Protocolos Notariales.
En el paso de misterio, Jesús aparece sentado con la corona de espinas, con las manos atadas y sujetando una caña. A su alrededor, las figuras de soldados romanos y sanedritas le increpan e insultan, en una escena cargada de dramatismo y simbolismo.
En el siglo XX, el paso de misterio se enriqueció con nuevas figuras realizadas por el escultor sevillano Luis Álvarez Duarte. Las imágenes de los soldados y los sanedritas que rodean a Cristo fueron diseñadas para resaltar la crueldad del momento, con un soldado romano que, ayudado por un palo, clava con fuerza la corona de espinas sobre la cabeza de Cristo.
Además, en 1975, durante el cincuentenario de la reorganización de la Hermandad, se añadieron nuevas figuras que complementan el conjunto escultórico, creando una composición que resalta la violencia y el sufrimiento de Cristo.
María Santísima de la Paz en su Mayor Aflicción
La imagen de María Santísima de la Paz en su Mayor Aflicción es otra de las joyas artísticas que alberga la capilla. Esta talla, realizada por José Rivera García en 1950, se caracteriza por su expresividad y delicadeza. En el rostro de la Dolorosa, el escultor logró un equilibrio entre la paz y el dolor, reflejando un sufrimiento contenido, sin excesos emocionales pero con gran profundidad espiritual.
El manto de la Virgen, bordado por los sobrinos de Esperanza Elena Caro entre 1959 y 1960, es uno de los elementos más admirados del conjunto. De terciopelo de color morado y bordado en oro, este manto destaca por su riqueza ornamental. Las flores bordadas en plata, en memoria de dos hermanos fallecidos, añaden un toque personal y emotivo a la obra.
La corona de plata sobredorada que porta la Virgen fue realizada en 1946 y se caracteriza por su tupida decoración y los detalles minuciosos, que incluyen el escudo de la Hermandad.
Restauraciones y Conclusiones
A lo largo del tiempo, la Capilla del Refugio de Nuestra Señora de los Desamparados ha sido objeto de diversas intervenciones y restauraciones. En 1998, se acometió una restauración importante en la techumbre, que incluyó la sustitución del suelo y la construcción de un camarín para el Cristo de la Coronación de Espinas.
La capilla ha sabido adaptarse al paso del tiempo, manteniendo su relevancia tanto a nivel artístico como religioso. Su integración en el entorno urbano de la calle Arcos refuerza su valor patrimonial y su capacidad para atraer a devotos y turistas interesados en la rica tradición cultural y religiosa de Jerez.
En resumen, la Capilla del Refugio de Nuestra Señora de los Desamparados es un testimonio vivo de la historia de la ciudad, una joya del barroco que continúa siendo un lugar de devoción y admiración.
Marchas Procesionales Dedicadas a la Hermandad
La Hermandad de la Coronación de Espinas ha inspirado numerosas marchas procesionales a lo largo de los años. Entre ellas, se encuentran composiciones emblemáticas como:
- «Coronación de Espinas»: Compuesta por Moisés Davia Soriano, antiguo director de la Banda Municipal. Esta marcha captura el solemne momento de la coronación de espinas de Cristo y es una de las melodías más representativas de la Hermandad.
- «Nuestra Señora de la Paz en su Mayor Aflicción»: También compuesta por Davia Soriano, está dedicada a la Virgen de la Paz, una de las imágenes titulares de la Hermandad.
- «Aflicción»: Un himno a Nuestra Señora de la Paz, con letra de Fray Luis María Llop y música de Francisco Navarro Ortega.
- «Reina de la Albarizuela»: Marcha estrenada en 2001 y compuesta por Martín Salas Martínez. Esta obra se dedica también a la Virgen de la Paz en su Mayor Aflicción.
- «Cristo de la Albarizuela»: Compuesta por Jorge Martín Puerto, de la Banda de Cornetas y Tambores de N. P. Jesús Nazareno de Mairena.
- «A las niñas de mis ojos»: Compuesta por la Agrupación Musical Nuestro Padre Jesús de la Sentencia y Humildad, de Jerez.
- «Espinas de tu Corona»: Interpretada por la Banda de Cornetas y Tambores del Santísimo Cristo de la Caridad de Jerez.
Cada una de estas piezas aporta una atmósfera solemne y devocional a las procesiones de la Hermandad, enriqueciendo la experiencia tanto para los cofrades como para los espectadores.
Hermanos y Nazarenos
Actualmente, la Hermandad cuenta con aproximadamente 900 hermanos, de los cuales alrededor de 300 participan como nazarenos en la procesión. A lo largo de los años, la participación de nazarenos ha variado. En 2012, según el recuento de Daniel Carretero, procesionaron 247 nazarenos; en 2011, fueron 234; en 2010, 239; y en 2009, 253. Sin embargo, en 1989, procesionaron hasta 465 nazarenos, según los registros del Consejo Directivo de la Unión de Hermandades.
Los nazarenos de la Hermandad visten una túnica blanca y una capa del mismo color, con vueltas negras. El antifaz es de terciopelo negro, con el escudo de la Hermandad bordado en el pecho, y un cíngulo de seda negra que completa el atuendo. El escudo de la Hermandad, que representa los atributos de la coronación de Cristo (la corona de espinas y la caña), también aparece en el brazo izquierdo de la capa.
El Escudo y Símbolos de la Hermandad
El escudo de la Hermandad de la Coronación de Espinas ha evolucionado a lo largo del tiempo. Originalmente, consistía en una corona de espinas atravesada por una caña. Con el paso de los siglos, se le ha añadido la Cruz de San Juan Evangelista como fondo. Cabe destacar que el primitivo titular de la Hermandad fue San Juan Bautista, lo que se refleja en este símbolo. Esta evolución en los emblemas también refleja la historia y transformación de la hermandad.
Atributos Procesionales
La Hermandad cuenta con una serie de atributos de gran valor histórico y artístico. Entre ellos destacan:
- Cruz de Guía: Realizada en 1950 por el orfebre Emilio Landa sobre caoba cubana, con recubrimientos de plata de ley. Incluye catorce medallones de marfil que representan escenas de la Pasión, tallados por Tomás Chaveli.
- Senatus: Uno de los estandartes más destacados de la Hermandad, fue restaurado en 2004 por el bordador Fernando Calderón y se acompaña de un asta de plata de ley.
- Simpecado: Un estandarte con bordados del siglo XIX, que lleva en el centro una imagen de la Inmaculada, obra de Emilio Landa. Procesiona con faroles de plata realizados por los talleres Villarreal en 1954.
Estos atributos, junto con otros enseres como el Libro de Reglas (bordado en terciopelo morado), las bocinas, ciriales y el paso de Misterio, forman parte esencial del cortejo procesional de la Hermandad.
Breve Reseña Histórica
La historia de la Hermandad de la Coronación de Espinas se remonta a principios del siglo XVII, cuando un grupo de tejedores y comerciantes de Jerez fundaron una cofradía gremial bajo la advocación de San Juan Bautista en la Iglesia del Salvador. En 1601, el Arzobispado hispalense aprobó la creación de la hermandad, cuyas reglas fueron establecidas en 1615.
A lo largo de los siglos, la hermandad ha experimentado numerosos cambios. Tras su traslado a la iglesia de San Agustín en 1649, pasó por momentos difíciles durante la invasión francesa y las desamortizaciones del siglo XIX. En 1896, fue reorganizada bajo el nombre de «Hermandad de la Coronación de Espinas y Nuestra Señora de la Aflicción», estableciendo así sus bases para el siglo XX.
Restauración y Reorganización en el Siglo XX
La Hermandad de la Coronación de Espinas ha vivido varios procesos de reorganización a lo largo del siglo XX. Uno de los más importantes ocurrió en 1924, cuando se recuperaron las imágenes y pasos, permitiendo a la cofradía volver a procesionar en la Semana Santa jerezana. En 1929, la Virgen de la Mayor Aflicción fue coronada con una preciosa corona de plata, marcando un hito en la historia de la Hermandad.
Durante la Segunda República y la Guerra Civil, la cofradía tuvo que interrumpir sus procesiones. Sin embargo, a partir de la década de 1940, vivió un nuevo auge, con importantes adquisiciones y estrenos de enseres. El paso de misterio tallado por José Ovando Merino en 1955 y la incorporación de las figuras secundarias en 1975, obra de Luis Álvarez Duarte, son ejemplos de este resurgir.
En la actualidad, la Hermandad sigue desempeñando un papel importante en la Semana Santa de Jerez. En 2000, celebró su Primer Centenario de Reorganización y, en 2015, conmemoró los 400 años de la fundación de la cofradía de San Juan Bautista. A pesar de que en 2024 no pudo realizar su estación de penitencia debido a las inclemencias meteorológicas, la Hermandad continúa con su compromiso de fe y tradición.
La Hermandad de la Coronación de Espinas es una institución que ha sabido mantener vivas sus tradiciones a lo largo de los siglos. Con una rica historia que se remonta al siglo XVII y un patrimonio musical, artístico y devocional envidiable, esta cofradía jerezana sigue siendo un referente de la Semana Santa en Andalucía. Cada año, sus hermanos, costaleros y nazarenos renuevan su compromiso de fe y devoción, asegurando que las tradiciones se mantengan vivas para las generaciones futuras.