La Capilla del Colegio de San José, ubicada en Jerez de la Frontera, tiene una historia que se remonta a 1918, cuando los Hermanos de las Escuelas Cristianas trasladaron su colegio al edificio de los diezmos. Este edificio, amplio y robusto, había sido un almacén de líquidos y granos en su origen. Se utilizaba para almacenar los diezmos y primicias que se ofrecían a la Iglesia en cumplimiento del quinto mandamiento. La propiedad del edificio pertenecía a la Archidiócesis Hispalense, como lo demuestra la Giralda en alto relieve que se encuentra flanqueada por dos jarras con azucenas sobre el dintel de la puerta principal. Además, este motivo heráldico aparece repetido en un azulejo entre la hornacina y el dintel de la entrada.
El diseño de la portada de este histórico edificio fue obra del arquitecto jerezano Francisco Hernández Rubio en 1916, quien dejó una huella artística significativa en la estructura.
Características Arquitectónicas de la Capilla
La Capilla del Colegio de San José fue concebida para servir a las necesidades religiosas del colegio, y su arquitectura neogótica refleja un estilo sencillo pero elegante. La capilla cuenta con una única nave, cuyas paredes están adornadas con grandes ventanas de arcos apuntados que permiten la entrada de luz natural. A los pies de la iglesia se encuentran dos pequeñas puertas ubicadas bajo el coro, añadiendo un aire de intimidad al espacio.
Originalmente, el presbiterio estaba decorado con un retablo de estilo neogótico, que consistía en un solo cuerpo y tres hornacinas. Este retablo fue posteriormente reemplazado por otro, diseñado por José Ramón Fernández Lira, que aporta una vibrante gama de colores a la capilla. Además, en la cabecera del ábside, Manuel Muñoz Cebrián creó un retablo gótico, complementado con zócalos de azulejos que añaden un toque de tradicionalismo a la estructura.
En 1977, se realizaron importantes modificaciones, como el cierre de tres de las cuatro ventanas del lado de la Epístola, que se transformaron en hornacinas. Estas hornacinas albergan hoy en día imágenes icónicas como la de Cristo Rey y Nuestra Señora de la Estrella. Ese mismo año, se abrió una gran puerta en el lado del Evangelio, lo que permitió que los pasos procesionales se prepararan dentro de la capilla, en lugar de en el patio principal del colegio.
Cristo Rey en Jerusalén
Uno de los momentos más destacados de las procesiones de la Hermandad de Cristo Rey es la representación de la Entrada Triunfal de Cristo en Jerusalén, un evento profundamente simbólico y lleno de significado religioso. El primer paso de esta representación muestra a Jesús montado en una burra, bendiciendo con su mano derecha mientras sostiene las riendas del animal con la izquierda. A su lado, un pequeño borriquillo trota, completando esta escena de gran realismo.
La obra escultórica de Cristo Rey fue creada por Tomás Chaveli Gilbert en 1950. Esta imagen fue bendecida en la festividad de San José de ese mismo año y, en 1951, hizo su primera salida procesional. Posteriormente, en 1982, fue restaurada por José Guerra Carretero, quien corrigió la expresión de la imagen y renovó su encarnado.
Detalles del Paso de Misterio
La imagen de Cristo Rey está tallada con gran atención al detalle, destacando especialmente la postura erguida de su tronco, sus piernas casi rozando el suelo, lo que refleja la altura de la figura. El rostro de Jesús presenta una leve sonrisa, apenas perceptible, lo que añade un toque de serenidad y majestad a la imagen. Además, el cabello de Cristo está esculpido en mechones ondulados, una característica típica de las obras de la familia Chaveli.
El conjunto se completa con una túnica blanca y un manto de terciopelo rojo bordado en oro, que refuerza la majestuosidad de la figura. Tanto la burra como el pollino que acompañan a Cristo fueron tallados en pino de Flandes, materiales de gran calidad que se mantuvieron en perfecto estado tras la restauración de 2010.
San Juan Evangelista y las Figuras Secundarias
El Paso de Misterio no solo incluye la figura de Cristo, sino también la de San Juan Evangelista, realizada en 1967 por el escultor sevillano Sebastián Santos. Esta imagen de 1,66 metros de altura porta una túnica de terciopelo verde bordada en oro. La escultura de San Juan destaca por su dinamismo, con el pie derecho adelantado y el brazo derecho alzado en un gesto que invita a la acción.
Además de San Juan, el paso incluye dos niños que portan palmas y ramos de olivo en señal de alabanza a Jesús. Ambas figuras fueron talladas por Sebastián Santos en 1966 y estrenadas en 1967. Estas esculturas están llenas de detalles, como los rasgos faciales cuidadosamente esculpidos y las posturas naturales, que dotan a las figuras de una gran expresividad.
El Estilo y la Historia del Paso de Misterio
El Paso de Misterio de Cristo Rey es de estilo neobarroco y está iluminado por candelabros de guardabrisas. Este paso cuenta con 34 puntos de luz, distribuidos estratégicamente en candelabros que iluminan cada rincón de la estructura. La talla del paso fue realizada por José Ovando Merino, quien comenzó el proyecto en 1954 y lo completó en 1960. Manuel Daza se encargó del dorado del paso, un proceso que también se restauró entre 1979 y 1982.
A lo largo de los años, el paso ha sido objeto de varias restauraciones, la más reciente en la década de 1990, llevada a cabo en el taller de Manuel Calvo en Sevilla. Entre los elementos más destacados del paso están las hornacinas, inspiradas en la portada de la Cartuja de la Defensión jerezana, donde se encuentran las figuras de los cuatro Evangelistas, San Juan Bautista y la Inmaculada Concepción.
El llamador, una pieza central del diseño, fue realizado en 1979 por los talleres de Villarreal y muestra a un costalero arrodillado sosteniendo una palma. Este detalle añade un toque de simbolismo al paso y refleja la dedicación y esfuerzo de los costaleros que llevan la imagen durante las procesiones.
Nuestra Señora de la Estrella
La imagen de Nuestra Señora de la Estrella fue creada por Sebastián Santos Rojas en 1962. Esta escultura de candelero, realizada en ciprés y de 1,68 metros de altura, representa a una Virgen joven, idealizada en su expresión de dolor. La Virgen fue bendecida el 27 de mayo de 1962 y desde entonces ha sido un referente de la devoción en la Hermandad.
El rostro de Nuestra Señora de la Estrella refleja un sufrimiento contenido, con una expresión de dolor que no desfigura sus rasgos. Los ojos de cristal, cuidadosamente posicionados, y las lágrimas que descienden por sus mejillas añaden un realismo impactante a la imagen. La anatomía de la Virgen se destaca por sus manos finas y alargadas, que portan un pañuelo y un rosario, símbolos de su fe y devoción.
El Paso de Palio y su Arte
El paso de palio de Nuestra Señora de la Estrella es una obra maestra del estilo neobarroco. Entre los elementos más destacados del paso están las ánforas, varales y candelabros de cola, realizados entre 1969 y 1973 en los talleres de Viuda de Villarreal. El palio, hecho de terciopelo azul de Lyon, está ricamente bordado con hilos de oro y plata, y adornado con apliques de nácar.
El techo del palio, diseñado por Miguel Pérez Carrillo, es una obra de arte en sí misma, con roleos calados que recuerdan el estilo ornamental de las culturas del Próximo Oriente. La imagen de la Virgen de la Estrella aparece en la gloria del techo, rodeada de motivos florales que refuerzan su carácter celestial.
Las Marchas Procesionales
La música ha sido siempre una parte esencial de las procesiones de Semana Santa, y la Hermandad de Cristo Rey no es una excepción. A lo largo de los años, diversas composiciones han sido creadas específicamente para acompañar a la cofradía durante su estación de penitencia. Entre las marchas procesionales más destacadas dedicadas a esta hermandad, encontramos:
- Cristo Rey, de Agustín Mancheño (1985)
- Estrella Lasaliana, de Andrés Muñoz Rivera (1985)
- Entre Palmas y Estrellas, de José María Álvarez Beigbeder «David Beigbeder»
- Costaleros de Cristo Rey, de Francisco Orellana Gómez
- Aires de Algarabía, interpretada por la B.C.T. Cristo de la Caridad de Jerez
- Virgen de la Estrella, de Luis M. Mejías, interpretada por la Banda Municipal de Guillena (2006)
- Entrada Triunfal, de Joaquín García
- La Estrella de San José, de José Manuel García Pulido
Estas marchas no solo acompañan el paso de la procesión, sino que también son un reflejo del fervor y la devoción que despierta la hermandad entre sus fieles. La música, en este contexto, se convierte en un medio de expresión emocional y espiritual, enmarcando cada paso y cada momento de la procesión.
Hermandad y Nazarenos
La Hermandad de Cristo Rey cuenta con unos 1.150 hermanos, de los cuales aproximadamente 550 participan en la procesión, incluidos los nazarenos y los pavitos (niños que acompañan a la procesión). Los registros de participación muestran que, en 2012, procesionaron 386 nazarenos y 180 pavitos. Estos números reflejan la vitalidad y el compromiso de los miembros de la hermandad, quienes año tras año se preparan para participar en este importante acto de devoción.
El atuendo de los nazarenos es otro aspecto distintivo de la procesión. Los miembros del cortejo visten una túnica blanca, acompañada de una capa del mismo color, con antifaz de raso celeste y un cíngulo entrelazado en blanco y celeste. El escudo de la Hermandad está bordado en la capa, a la altura del brazo izquierdo, completando un conjunto solemne y representativo de la cofradía.
A lo largo de los años, el número de nazarenos ha variado ligeramente. En 2011, fueron 367, en 2010, 328, y en 2009, 352. Estos números contrastan con los 475 nazarenos que procesionaron en 1989, según el programa de la Semana Santa de ese año. Esta fluctuación en la participación refleja cambios en la demografía de la hermandad y en las circunstancias particulares de cada año.
El Escudo de la Hermandad
El escudo de la Hermandad de Cristo Rey es una representación visual de su identidad y misión. Está compuesto por el anagrama de María en el centro, simbolizando la devoción a la Santísima Virgen. Sobre el anagrama se encuentra una estrella de cinco puntas, el símbolo del Instituto de los Hermanos de las Escuelas Cristianas, destacando la vinculación de la hermandad con la institución educativa.
Rodeando el anagrama hay dos palmas que se cruzan en la parte inferior, representando el Misterio de la Entrada Triunfal de Jesucristo en Jerusalén. Todo el conjunto está enmarcado en un óvalo coronado con una corona real, que simboliza la realeza de Cristo. Este escudo fue diseñado por Enrique Hernández y sigue siendo un elemento icónico de la hermandad.
El Color de los Cirios y las Palmas
El uso de cirios y palmas en la procesión también tiene un simbolismo profundo. Los nazarenos que acompañan al paso de Misterio no llevan cirios, sino palmas, que representan la entrada triunfal de Cristo en Jerusalén. Por otro lado, los nazarenos del segundo cortejo portan cirios blancos, mientras que los más veteranos, que acompañan el palio de la Virgen, llevan cera azul, un color que evoca la pureza y la devoción mariana.
Altar de Insignias y Cruz de Guía
El altar de insignias de la Hermandad de Cristo Rey es una de las joyas más preciadas de la cofradía. La Cruz de Guía, por ejemplo, es una obra de los antiguos alumnos lasalianos Juan y Abelardo Buzón Mejías. Realizada en madera taraceada, mide 2,86 metros de altura y 1,56 de ancho, y está adornada con el escudo de la hermandad, el anagrama lasaliano y unas palmas en la parte inferior. Fue estrenada en 1951 y desde entonces ha acompañado a la hermandad en todas sus procesiones.
Además, la cruz va precedida por el Senatus, una pieza de plata cofradiera realizada en los talleres de Viuda de Villarreal en 1974 y restaurada en 1990. Este tipo de elementos decorativos e insignias enriquecen el cortejo y aportan un valor histórico y artístico a la procesión.
Historia de la Hermandad
La Hermandad de Cristo Rey fue fundada gracias a la iniciativa de un grupo de antiguos alumnos y padres de familia del colegio lasaliano San José. Desde su origen, ha estado estrechamente ligada a la Congregación de los Hermanos de las Escuelas Cristianas (La Salle), lo que ha marcado profundamente su identidad y misión. El 16 de junio de 1949, se comenzaron los trámites para su constitución, con el objetivo de promover la piedad y mantener los lazos entre los antiguos alumnos del colegio.
La primera salida procesional de la hermandad tuvo lugar el 18 de marzo de 1951, Domingo de Ramos. En esa ocasión, solo procesionó la imagen de Cristo Rey montado en la borriquita, acompañado por un pollino. Desde entonces, la cofradía ha crecido tanto en número de hermanos como en la riqueza de su patrimonio artístico.
Evolución del Patrimonio
A lo largo de los años, la Hermandad ha ido adquiriendo y restaurando numerosas piezas artísticas y litúrgicas. En 1954, se estrenó el paso propio de la hermandad, tallado en los talleres sevillanos de José Ovando Merino. Este paso ha sufrido varias modificaciones y mejoras a lo largo del tiempo, incluyendo el dorado del mismo, que fue realizado por Manuel Daza Marín en 1960.
Otro hito significativo en la historia de la hermandad fue la bendición de la imagen de Nuestra Señora de la Estrella, obra del escultor Sebastián Santos Rojas, el 27 de mayo de 1962. Esta imagen mariana ha sido, desde entonces, una de las devociones más importantes de la hermandad.