La Iglesia Parroquial de Santiago el Real y del Refugio, ubicada en Jerez de la Frontera, es un testimonio arquitectónico y artístico profundamente arraigado en la historia de la ciudad. Se erige sobre una antigua capilla, cuyo origen se remonta a 1264, cuando fue fundada por el rey Alfonso X el Sabio en honor a Santiago Apóstol. Desde su creación hasta hoy, este templo ha sido un símbolo de devoción y arte, destacando por su estilo gótico isabelino y su importancia en la Semana Santa jerezana. En este artículo exploraremos la historia, el arte y la iconografía de esta iglesia, que es un hito indiscutible en el patrimonio religioso y cultural de la región.
Historia del templo
El origen de la Iglesia Parroquial de Santiago el Real y del Refugio se sitúa en el reinado de Alfonso X, quien, tras la reconquista de Jerez en 1264, fundó una capilla en honor a Santiago Apóstol. Esta primitiva capilla estaba situada extramuros de la ciudad, cerca de la puerta del Olivillo, en un lugar conocido como la Capilla de La Paz. Con el tiempo, en 1362, esta capilla fue elevada a la categoría de parroquia.
La construcción de la actual iglesia comenzó a finales del siglo XV, enmarcada dentro del estilo gótico isabelino, y fue finalizada en el primer tercio del siglo XVI. Este estilo se caracteriza por la pureza y austeridad de sus formas, lo que otorga al templo una belleza sobria pero imponente. La iglesia se ubica en uno de los barrios más populares de Jerez, lo que ha incrementado su relevancia a lo largo de los siglos.
El conjunto arquitectónico de la iglesia sobresale por su magnífica fachada y, especialmente, por su portada. La torre, añadida en 1663, es de estilo barroco, con un chapitel decorado con azulejos amarillos y dibujos en negro. Cada cara de la torre presenta un diseño diferente, lo que refleja la riqueza ornamental de la época. Además, en 1760 se añadió la torre del reloj, que es una espadaña de dos cuerpos con columnas salomónicas en el primero de ellos. La portada lateral, correspondiente a la Epístola, es la más antigua del templo.
El interior de la iglesia
El interior de la iglesia es igualmente imponente y mantiene la belleza austera propia del gótico del siglo XVI. Fue diseñado por Alfonso Rodríguez y restaurado en los años 60 por el arquitecto Pons Sorolla. El templo se organiza en tres naves, con planta de salón y sin crucero, lo que permite una amplia visión del altar mayor desde cualquier punto.
Cada nave concluye en un ábside, siendo poligonal el de la nave central y cuadrados los de las laterales. La iglesia cuenta con tres capillas de especial relevancia: la Capilla Mudéjar de la Paz, la más antigua del templo, destaca por su bello abovedamiento; la Capilla del Sagrario, de trazado barroco; y la Capilla Gótica del Bautismo.
Uno de los elementos más importantes es el baldaquino, una obra moderna creada por el artista jerezano José Gallegos Arnosa. Este baldaquino se ha convertido en un icono del arte sacro local, integrándose perfectamente en la arquitectura gótica del templo.
Nuestro Padre Jesús del Prendimiento
La iconografía del Prendimiento de Jesús, representada en el paso de misterio de Nuestro Padre Jesús del Prendimiento, es una de las más fieles representaciones del relato evangélico sobre el arresto de Cristo en el Huerto de los Olivos. Según los Evangelios, Judas se acercó a Jesús acompañado por una multitud armada con espadas y garrotes, y lo identificó con un beso. Este momento ha sido capturado magistralmente en la imaginería andaluza, siendo uno de los temas más antiguos en el arte cristiano, con representaciones que datan ya del siglo VI en los mosaicos bizantinos.
El paso de misterio refleja con precisión el instante en el que Jesús es apresado, tras el beso de Judas, tal como lo relata el Evangelio de Mateo. Este episodio es una de las escenas más dramáticas de la Pasión y está cargado de simbolismo.
La imagen de Nuestro Padre Jesús del Prendimiento es una obra de gran valor artístico y emocional. Aunque su autoría no está confirmada documentalmente, se atribuye casi con certeza a Camacho de Mendoza, un destacado escultor y arquitecto jerezano del siglo XVIII. Esta imagen, popularmente conocida como «El Prendi», es una de las más icónicas de la Semana Santa de Jerez. Rompe con el tradicional frontalismo de las imágenes del Cautivo, presentando un Cristo dinámico, con una composición asimétrica que le confiere un gran realismo.
Los detalles de la imagen, como los ojos policromados, la boca entreabierta que deja ver los dientes tallados y el movimiento de la cabeza y el cabello, reflejan una clara influencia del barroco. Este estilo, introducido en Andalucía por artistas como José de Arce, ha dejado una huella profunda en la imaginería religiosa de Jerez.
María Santísima del Desamparo
El paso de palio de María Santísima del Desamparo es otra de las joyas artísticas de la Iglesia Parroquial de Santiago el Real y del Refugio. La imagen de la Dolorosa ha sido remodelada en varias ocasiones, siendo Sebastián Santos, en 1964, el encargado de una restauración significativa. La Virgen, de rostro ovalado, con ojos grandes y profundos, y una expresión de abandono, refleja el dramatismo característico de la escuela valenciana de imaginería.
El paso de palio, obra del orfebre Lorenzo Jiménez Rueda, es una obra maestra de la orfebrería religiosa. La Corona de la Virgen, realizada en 1968, destaca por su originalidad y detalles minuciosos. Es una corona abierta, sin imperiales, con lirios y hojas de acanto que le confieren un carácter único. Además, la saya de salida de la Virgen, obra de Esperanza Elena Caro, es otra pieza de gran valor artístico, destacando por su profusión de bordados en oro y terciopelo.
El manto de terciopelo rojo, bordado en oro y sedas de colores, es una obra de 1949, financiada por Don Pedro Domecq de la Riva. Esta pieza tiene un origen emotivo, ya que fue prometida por Don Pedro como agradecimiento por el nacimiento de su primer hijo varón.
Tradición y devoción en la Semana Santa de Jerez
La Semana Santa de Jerez de la Frontera es una de las más importantes de Andalucía, y la Hermandad de Nuestro Padre Jesús del Prendimiento juega un papel central en esta celebración. La devoción hacia estas imágenes es profunda y se refleja en la cantidad de detalles que acompañan a cada procesión, desde las vestimentas de las imágenes hasta la ornamentación de los pasos.
Cada año, durante la Semana Santa, la iglesia se convierte en el centro de atención de miles de devotos y turistas, que acuden a contemplar la majestuosa procesión de Nuestro Padre Jesús del Prendimiento y María Santísima del Desamparo.
Marchas procesionales dedicadas
Entre las marchas procesionales más destacadas que acompañan a la Hermandad del Prendimiento, encontramos algunas piezas musicales de gran importancia dentro del repertorio cofrade. Entre ellas, destacan:
- «Desamparo»: Compuesta por Germán Álvarez Beigbeder, esta marcha fúnebre originalmente llevaba por título Ecce-Homo. Marcha fúnebre nº 6, pero fue renombrada por el propio autor.
- «Prendimiento»: Compuesta por José María Álvarez Beigbeder en honor a su hermano Luis, es otra de las marchas que resuenan durante el Miércoles Santo.
- «Nuestro Padre Jesús del Prendimiento», de José Zarzana Ortega.
- «A Jesús del Prendimiento», compuesta por Emilio Ruiz Rodríguez, y ejecutada por la Agrupación Musical San Juan de Jerez.
- «Prendío en Santiago», de Rafael Villén Rincón, tocada por la Agrupación Musical Nuestro Padre Jesús de la Sentencia y Humildad, de Jerez.
- «Reina del Angostillo» y «Señora de Santiago», son marchas que completan el repertorio tradicional que acompaña al paso del Prendimiento.
La música es un componente esencial en las procesiones de la Hermandad del Prendimiento. Cada nota, cada compás, ayuda a marcar el ritmo de la devoción, invitando a los fieles a la reflexión y el recogimiento. Las melodías, con su carácter solemne y melancólico, crean un ambiente único que envuelve tanto a los participantes como a los espectadores.
Organización y componentes de la cofradía
La hermandad está compuesta por unos 1350 hermanos, de los cuales 350 nazarenos y costaleros hacen estación de penitencia. Según datos históricos, la cantidad de nazarenos ha fluctuado a lo largo de los años: en 2012 procesionaron 377 nazarenos, en 2011 fueron 389, en 2010 un total de 234 y en 2009 alcanzaron los 368. Estos datos contrastan con los 300 nazarenos que participaron en la Semana Santa de 1989, según el Consejo Directivo de la Unión de Hermandades.
La túnica
La vestimenta de los nazarenos es una parte fundamental del simbolismo de la Hermandad. Los nazarenos del Prendimiento visten túnica y capa blanca, con un antifaz de terciopelo rojo, cíngulo y botonadura del mismo color. En el lado izquierdo de la capa, se encuentra bordada la Cruz de Santiago, un símbolo clave de la hermandad.
El escudo de la hermandad
En el cortejo procesional de la Hermandad del Prendimiento se pueden observar tres escudos diferentes. El principal de ellos, el que figura en el estandarte, está compuesto por la Cruz de Santiago en el centro, flanqueada por dos blasones. A la izquierda se encuentra un escudo con las armas pontificias, mientras que a la derecha se sitúa otro escudo que contiene los elementos de los Reyes Católicos. Este último escudo incluye los símbolos de Castilla, León, Aragón, el Reino de Sicilia y, en la base, el escudo de Granada, con un escusón con las tres flores de lis de los Borbones.
Cruz de guía y altar de insignias
La Cruz de Guía de la Hermandad del Prendimiento es otro de los elementos destacados en la procesión. Realizada en alpaca bruñida y plateada, con detalles dorados, es acompañada por cuatro faroles guía. El diseño de la cruz incluye medallones que, según se cree, representan a los cuatro evangelistas. El simbolismo es profundo, ya que ambas caras de la Cruz son idénticas, con detalles que refuerzan la conexión espiritual entre los feligreses y la hermandad.
Otra de las piezas clave es el Senatus, que es de alpaca plateada y lleva un medallón central con las letras SPQR. Acompañando al Senatus, cuatro nazarenos portan bocinas de plata con paños de terciopelo rojo, creando una imagen solemne y majestuosa.
Historia de la hermandad
Los orígenes de la Hermandad del Prendimiento no están completamente claros, aunque se remonta a una hermandad primitiva bajo la advocación de San Pedro Apóstol, creada en el siglo XVI. Esta cofradía comenzó con fines benéficos, aunque posteriormente adquirió un carácter penitencial. Fue erigida canónicamente en 1660 en la Iglesia de Santiago bajo el título de Hermandad del Prendimiento de Jesús y Virgen del Desamparo.
A lo largo de los siglos, la hermandad experimentó diversos cambios. En el siglo XVIII, la hermandad logró construir una capilla en la Iglesia de Santiago, lo que marcó un período de esplendor. Durante esta época, los desfiles procesionales contaban con tres pasos: el de Jesús, el de San Pedro y el de la Virgen del Desamparo. A finales del siglo XIX, la hermandad fue reorganizada y recibió el título de Real Hermandad de manos de la Reina María Cristina, y más tarde el título de Pontificia otorgado por el Papa León XIII.
La Hermandad del Prendimiento, como muchas otras, experimentó altibajos durante el siglo XX. Hubo períodos en los que no procesionó, sobre todo durante la Segunda República, pero a partir de la década de 1920 la hermandad comenzó un proceso de reorganización que culminó en una etapa de crecimiento y esplendor.
En los años 40, la Hermandad del Prendimiento sufrió importantes transformaciones. El antiguo paso de estilo gótico fue reemplazado por un nuevo paso de madera dorada, obra de varios artistas. El paso actual, que data de finales del siglo XX, es el resultado de un trabajo artesanal que duró varios años.
Por su parte, el paso de la Virgen también ha sufrido varias modificaciones, destacando la incorporación de un manto bordado en oro y un nuevo palio que terminó de configurar el conjunto actual.